Retazos de temas que me han interesado alguna vez, experiencias vividas, recuerdos, libros leídos, textos perdidos y rescatados, films que han dejado una impronta en mi memoria, pero también proyectos no realizados o postergados...







viernes, 8 de diciembre de 2017

CON "M" DE MUERTE


La llamada fatal (Dial M for Murder) 1954. O Crimen perfecto y Con M de Muerte.




Un jugador de tenis arruinado y sin fortuna (Ray Milland), temiendo que su esposa, quien posee una gran fortuna (Grace Kelly), le abandone por un novelista americano (Robert Cummings), proyecta matarla para hacerse dueño de su herencia. Utilizando el chantaje, convence a un aventurero que se encuentra en apuros (Anthony Dawson) para que estrangule a su mujer en
su casa en el momento en que él estará en un lugar público en compañía de su rival.
El crimen distará mucho de resultar perfecto, pues la mujer, debatiéndose con todas sus fuerzas, matará a su agresor. El marido no hará nada por impedir que la mujer sea condenada, pero una
encuesta suplementaria terminará por desenmascararle(François Truffaut).



Una vez más el maestro se refiere con displicencia sobre un excelente film suyo. Le dice a Truffaut que no hay que perder tiempo hablando de él, pues se trata de algo hecho para resolver una contingencia: estaba trabajando en otro guión y el asunto no terminaba de salir. Descubrió  que la Warner había adquirido los derechos de Dial M for Murder, una comedia que tenía mucho éxito en Broadway y les dijo inmediatamente: “Me hago cargo de ese barco”, pues “sabía que en él podía navegar”. Trabajó en el guión treinta y seis días y filmó con el sistema de Relieve Polaroid, que era el 3D de entonces.  En realidad había pocos efectos tridimensionales: una araña de cristal, un jarrón de flores, la llave del cerrojo y unas tijeras, cuando Grace Kelly busca un arma para defenderse. Como este efecto 3D se daba sobre todo con las tomas con ángulo muy bajo (contrapicado) mandó a preparar un foso para que la cámara estuviera casi siempre a nivel del suelo.
A diferencia de otros directores que rompen la unidad de lugar cuando trasladan una obra de teatro al cine, Hitchcock mantuvo esta unidad. No sacó a los personajes del decorado sino contadas veces. Por ejemplo, cuando Ray Milland va a hacer su “llamada fatal” a su casa  desde un restaurant donde se encuentra para montar su coartada, o cuando el inspector de policía debía comprobar el asunto de la llave del apartamento. Cuando Grace Kelly es acusada y llevada a juicio, en lugar de mostrar la sala del tribunal, presenta planos de ella sobre un fondo neutro con luces de colores que giran a sus espaldas. Para filmar el regreso de Ray Milland, a quien el inspector espera para comprobar su hipótesis, pidió un piso auténtico para que se oyeran sus pasos y así mantener el efecto teatral.
También el vestuario está pensado en términos de una puesta en escena teatral, especialmente el de Grace Kelly: colores vivos y alegres al comienzo, sus vestidos son cada vez más oscuros a medida que la trama se torna más sombría, incluso en un grisáceo traje de presidiaria durante el proceso.
Casi toda la acción de la película transcurre en la sala de estar y casi todo el tiempo los personajes están hablando. A Truffaut le maravillaba que la perfección de la planificación, del ritmo, de la dirección de los cinco actores fuera tal, que no resultara en modo alguno una típica y latosa "película de diálogos", sino que "se escucha religiosamente casa frase".
Hay que añadir lo que ya habíamos escrito anteriormente[enlace] en el comentario sobre Farmer’s Wife (La mujer del granjero): en lugar de estar situada la cámara en el lugar en que se colocarían los espectadores de una obra teatral, se coloca “entre bastidores” y Hitchcock se vale de los planos medios y los primeros planos, así como los contrapicados a fin de mostrar las emociones y las intenciones de los personajes.
Para Hitchcock éste era un film menor, de circunstancias, que no representó ningún reto y con el que se sintió cómodo desde el principio. Pero a sesenta años de distancia, este despliegue de destreza que podemos ver con el mismo interés con que se vio en su tiempo no deja de maravillarnos




El rodaje de Dial M for Murder reviste otro interés en la biografía del director británico. Fue en él donde conoció y trabajó con la que sería su musa, su fetiche durante todo el resto de su vida, hacia la cual mostró un fervor inquebrantable y con quien mantuvo una indestructible amistad hasta su muerte: Grace Kelly. En ella encontró el ideal femenino de cuya pérdida nunca se recuperó. Otras rubias reemplazaron su figura temporalmente cuando ella no pudo continuar en el cine. Doris Day, Tippi Hedren, Kim Novak, Vera Miles, Janet Leigh y Julie Andrews hicieron memorables interpretaciones en sus películas. Se ha hablado de la leyenda de las rubia-fetiche de Hitchcock. Pero realmente sólo hubo una rubia: Grace. Con ella filmaría sus dos siguientes películas, con las que se inicia la cúspide de su carrera cinematográfica, su edad de oro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario