Retazos de temas que me han interesado alguna vez, experiencias vividas, recuerdos, libros leídos, textos perdidos y rescatados, films que han dejado una impronta en mi memoria, pero también proyectos no realizados o postergados...







sábado, 6 de agosto de 2016

SEGUNDO INFORME SOBRE QUEMADOS

No se refiere a pacientes de algún servicio de caumatología ni a lamentables hechos de violencia sino a los films en formato DVD o BD copiados mediante el  procedimiento del "quemado" y que se han adquirido con la mayor impunidad en  el pasillo de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela. 




LAS NUBES DE MARÍA  (Olivier Assayas, 2014)




En la cima de su carrera, la actriz Maria Enders (Juliette Binoche) es invitada a protagonizar  una nueva puesta en escena de Serpiente Maloja, una obra que la lanzó a la fama a los 18 años, cuando de la mano del escritor  Wilhelm  Melchior, hizo el papel de  Sigrid, una joven atractiva que seduce, desarma, manipula y finalmente lleva a su jefa Hélène al suicidio. Ahora, mientras  asiste al homenaje póstumo  a Melchior, quien ha muerto repentinamente justo antes del día de la premiación (se entera en secreto de que se ha suicidado), es convencida por un joven director a protagonizar la reposición de la obra, pero esta vez  interpretando a Hélène, la mujer mayor. 


Refugiada en la casa de campo del difunto en el pueblo suizo de Sils Maria, lo piensa y relee el libro en compañía de su joven asistente Valentine (Kristen Stewart),  con quien ensaya y compara sus puntos de vista y gustos sobre la actuación y el cine. Su ubicación como Hélène la lleva a contrastar y confrontar su pasado y su presente, y solicita renunciar al papel, pero se le hace imposible salirse de la suerte y tiene que cumplir con el contrato, esta vez frente a la Sigrid de ahora, una jovencísima actriz de blockbuster llamada Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz) quien la utiliza como trampolín para lograr sus objetivos.  
El mundo de María Enders se empieza a tambalear al tener que habérselas con esta ambiciosa joven, repitiéndose lo ocurrido con la actriz que interpretó entonces a Hélène, quien murió en un sospechoso accidente.
Hay muchas cosas buenas en este film de Olivier Assayas, el reconocido realizador de Carlos. Bellísima fotografía en extraordinarios paisajes, como el fenómeno meteorológico de la Serpiente de Maloja, una acumulación de nubes que juega el papel de metáfora visual del drama que presenciamos. Asimismo, las obras de Händel y Pachelbel están acertadamente utilizadas en la musicalización
.



Pero lo mejor de todo es el banquete del duelo actoral entre Juliette Binoche y Kristen Stewart. Leí en alguna parte que el guión lo escribió Assayas basándose en experiencias y expectativas tanto de él como de Juliette Binoche en sus respectivas vidas profesionales.

Hay un momento en que María Enders (Binoche) ensaya la obra con Valentine (Stewart) dándole a ésta el papel de Sigrid y uno no sabe cuándo el diálogo corresponde a la obra que ensayan y cuándo a la realidad. Como en las cajas chinas o en un juego de espejos, se superponen tres planos de la experiencia: Binoche-María-Hélène por una parte, y Stewart-Valentine-Sigrid. La intensidad de este diálogo culmina en un final que  inevitablemente me recuerda La aventura, de Antonioni. No lo cuento porque es spoiler.


En el epílogo, que algunos consideran innecesario (yo no) la aparición de Jo-Ann (Chloë) representa la irrupción de lo real-temido, la consumación del ciclo vital que se reinicia.
El  desenlace deja espacio para un final abierto.
¿Qué irá a hacer María Enders?








LOS ÁNGELES DEL PECADO (Robert Bresson, 1943)






Se trata del primer largometraje de Bresson.
Francia ocupada.
Anne-Marie, una joven burguesa, ingresa a una comunidad religiosa dominica cuya misión consiste en la rehabilitación de mujeres delincuentes que han cumplido su condena. En una visita a la cárcel conoce a Thérèse, una  mujer que proclama su inocencia y que jura vengarse del hombre que la involucró en el delito. Una vez en la calle, lo asesina a balazos y se  refugia en el convento sin revelar su homicidio a ninguna de las monjas. A partir de ese momento se inician dos tramas que van a converger: Anne Marie se dedica a rehabilitar a la renuente Thérèse y la policía a investigar el homicidio.



Bresson nos muestra las intimidades de la vida religiosa con todos sus inconvenientes, querellas y conflictos, especialmente por el celo de Anne-Marie con la recién llegada, lo que le gana la animadversión de la madre Saint-Jean, a pesar de la sabia mediación de la superiora, quien se mueve entre la simpatía por  Anne-Marie y la necesidad de hacer cumplir la regla de la orden.



Lo que comienza como un policial se va transformando en drama de salvación, donde la gracia se manifiesta en medio de la miseria del pecado a través del amor y la misericordia.



Para quienes no lo conocen, Robert Bresson fue un aclamado cineasta francés de profunda espiritualidad, quien siempre hizo un cine muy personal, alejado de todo artificio, oropel y sentido comercial y apostó por un despojamiento radical que llegó al ascetismo, prescindiendo incluso de actores profesionales. Distinguió siempre entre el cine como espectáculo y lo que él llamaba el cinematógrafo, una combinación de sonidos e imágenes en movimiento capaz de transformar al espectador. De él dijo Jean Cocteau: “Bresson se expresa cinematográficamente  como un poeta con su pluma”.

Robert Bresson


No obstante, en Los ángeles del pecado, Bresson contó con un destacado elenco, con actrices como Renée Faure, de la Comédie Française (Anne Marie) Jany Holt (Thérèse) “Sylvie” (la superiora) Mila Parély (Madeleine) Marie Hélène Dasté (Madre Saint Jean) Paula Dehelly (madre Dominique) Silvia Montfort (Agnès) Gilberte Terbois (madre Marie-Joseph) y Yolande Lafon (Señora Lamaury) y actores como Louis Seigner, de la Comédie Française (el director de la prisión) y Georges Colin (el jefe de la policía)

El guión fue escrito por Bresson en colaboración con el padre dominico Raymond Léopold Bruckberger y el destacado escritor  Jean Giraudoux sobre un texto de este último. El director de fotografía fue Phillipe Agostini. Inspirados  en la vida de una congregación dominica francesa fundada en 1867 por el padre Lataste, los autores aclaran que aunque la trama es de su absoluta responsabilidad, se han esforzado en  tomar de la realidad, por medio de imágenes y detalles, la atmósfera que reina en esos conventos y el espíritu que anima su misión.



No sé por qué se tiende a desestimar la opera prima de Bresson. Parece que él mismo no se expresaba muy bien de la película. A mí me gustó muchísimo, más que algunas de las famosas, como Mouchette, Al azar de Baltasar y muchísimo más que Lancelot del lago. No aburre. Sus personajes están nítidamente definidos y mejor interpretados, al contrario del desinterés programático suyo en la dirección de actores.
Todo un clásico. Me quedo con este Bresson.




 (Continuará...)

1 comentario:

  1. Siempre el Dr. franklin Padilla nos invita a compartir su adicción por el sétimo arte, por la proyección cinematográfica. Sus crónicas y su orientación para conseguir filmes que ya no se exhiben es algo notable. Pronto estoy para ir a la UCV a rescatar estos dos que nos presenta ahora. Le quedo agradecido.

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